Hendersonville: Naturaleza, agroturismo y diversión

La primera parada la hice en el DuPont State Recreational Forest (bosque recreacional del estado de DuPont), una imponente extensión de 4047 hectáreas de bosque entre Hendersonville y Brevard, Carolina del Norte. Este paraíso para los amantes de la naturaleza ha sido telón de fondo para películas como "Los juegos del hambre" y "El último de los Mohicanos". Su inmensidad y belleza eran casi inconcebibles; pareciera que nunca termina.

Me encontré inmersa en los serenos lagos, las cascadas y los insuperables senderos de las Blue Ridge Mountains (montañas Blue Ridge), con sus tres excelentes maneras de explorar el bosque. Para vivir una aventura más pausada, haz el recorrido a pie, o para tener otra perspectiva, ¿por qué no hacerlo en bicicleta o a caballo?

La profundamente arraigada cultura agrícola de Hendersonville ha pasado de generación en generación. Muchos agricultores del área te invitarán personalmente a que conozcas sus vastas propiedades y veas con tus propios ojos donde cultivan sus cosechas. En Lyda Farms, me subí a un carrito de golf y el dueño de la granja nos invitó a hacer un recorrido por los abundantes árboles del huerto de manzanos.

También encontrarás que muchas familias son dueñas de mercados de manzanas, bodegas y fincas interactivas en y alrededor de Hendersonville. Me encantó pasar un tiempo probando y recogiendo fruta directamente de la tierra antes de irme a recorrer las tiendas del lugar y conocer a los proveedores de la zona que ofrecen desde fruta y miel hasta pepinillos y conservas. Digamos que mi maleta estaba un poquito más pesada al volver a casa.

Cuando hablamos de cervecerías locales y artesanales hablamos de Carolina del Norte, y en Hendersonville encontramos una de las marcas más reconocidas del mercado. Pasé la tarde recorriendo la moderna y reluciente cervecería Sierra Nevada, protegida por los montes Apalaches y decorada en vidrio y cobre. Hice el recorrido cervecero para aprender cómo se produce esta cerveza artesanal tan sabrosa.

Con la caída de la noche, volví al centro histórico de Hendersonville para pasar una entretenida velada con unos amigos que conocí ese día. Y sí, los llamo "amigos", porque esta comunidad es realmente acogedora y amable. Llegamos al bar local, Hannah Flanagan’s, donde me sentí como en casa y devoré el mejor pastel de papas que haya probado, ¡incluso mejor que las versiones de Inglaterra!

En Hendersonville, encontré actividades al aire libre, paisajes llenos de magia y personas que darían todo por hacerte sentir bien. Hay que estar loco para no quedarse unos días ahí. De hecho, volveré con mi madre para su cumpleaños en los próximos meses.